¿Una mujer presidenta?

Beatriz Paredes Rangel es una de las políticas mexicanas con una de las trayectorias más dilatadas en el actual escenario político nacional.

Ha estado en puestos de alta responsabilidad desde 1974 y ha conseguido mantenerse ajena -al menos públicamente- a los grandes males del priismo: violencia entre grupos, corrupción desmedida, escándalos varios…

He tenido la oportunidad de escucharla dando discursos a medios y a pequeños grupos y se me hizo una persona capaz, con un orgullo real por ser priista y con una visión social y política que me resultó interesante.

Francamente no puedo decir si el discurso iba acompañado de hechos, pero se trata de una buena oradora, con gran personalidad (siempre vestida con vestidos indígenas tlaxcaltecas) y, en suma, es alguien que ha sabido navegar por las procelosas aguas del poder y que, ahora en la oposición, ha sabido conjuntar a un partido que estaba hecho pedazos y que hoy se plantea seriamente la vuelta al poder.

Sobre su sexualidad, se ha dicho que es lesbiana y que estuvo ligada a María de los Angeles Moreno, pero eso es algo que no debería tomarse en consideración, ya que lo que realmente debe tenerse en cuenta es la capacidad de gestionar al país sumido en una profunda transformación social y política, metido en una cruente guerra contra el narcotráfico, y que sufre una crisis económica de gran magnitud en la que los ingresos petroleros van a dejar de ser relevantes en un puñado de años.

Yo votaría a Beatriz Paredes si ofreciera un programa realista que especificara cómo hacer frente a los grandes retos de México.

Pero también debería haber un compromiso claro para promover una profunda regeneración del priismo para evitar los vicios del pasado.

México ya no es el mismo país y, por lo tanto, necesita un nuevo partido, una nueva forma de hacer las cosas. Habrá que ver si Beatriz Paredes y el equipo que pueda acompañarla -si es que se impone a Enrique Peña Nieto, gobernador del estratégico Estado de México- son capaces de proponer esas novedades que le urgen al país.

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